miércoles, 17 de abril de 2013

Volvamos a lo sencillo




Volvamos a lo sencillo



 Lo moderno, lo sofisticado, lo evolutivo y lo complicado. La ciencia, el desarrollo. Estos simples adjetivos y subjetivos bosquejan el marco de nuestras vidas, las cuales transcurren pasivas al observar los nuevos acontecimientos tecnológicas para tomar parte de sus fieles seguidores. Sin poner tales acusaciones en tela de juicio, declarándome también culpable ( mea culpa ), amigas y amigos díganme por favor ¿ por qué decidimos vivir así ?. ¿ Así cómo ? me van a preguntar y yo les replicaré ¿ Cómo amigos ? , viviendo en las estructuras de 70 m2 suspendidas a unos 100 m. de altura, esclavizados de pantallas que cada vez más reducen de su tamaño. Una escena sacada de la vida de cualquier individuo podría ser, como ésta: “De mi departamento en la décima planta al coche, el portón eléctrico y listo para transportarnos al otro edificio y a otra planta que se sitúe a la altura considerable.“ Estas frases podrían parecer a los enunciados de un libro de sciencia ficción de finales del siglo antepasado ( bueno tomando en cuenta el siglo antepasado en vez de ciencia ficción el termino adecuado sería el de la literatura fantástica). Sin embargo el fragmento tratado relata a nuestra realidad. A menudo experimento cierta impresión que creo compartir con los prisioneros de que estoy encerrada, esta sensación produce en mi sentimientos de irrealidad, angustia, irritación. Quiero correr, abrir la puerta y asegurarme de que si vivo en la madre tierra, abro la puerta de la terraza y salgo para asegurarme de que asi es. No obstante el vértigo que me da al estar a ciertas alturas hace que retroceda a mi segura jaulita llamada departamento. Entonces me acuesto en el sofá con la intención de cerrar los ojos y dejarme llevar por la imaginación. Asi puedo correr por las praderas cubiertas de hierba jugosa, nadando en los ríos cristalinos y respirando el aire puro. 

Pero al dar las primeras dos zancadas en el pasto, al sentir el rocío acariciándome los pies, de inmediato tengo que abandonar a mi relajante escena. ¿ Por qué ? Porque se están peleando los niños, el perro ladra y el loro quiere comer. Decepcionada por las interrupciones me apuro para resolver los problemas. Cuando se calman las cosas decido de que ya llego el momento para poder serenarme también. Me acerco a la ventana observando otros edificios altos, luces de las fileras de los coches. De pronto levanto la mirada y veo a la luna. La luna si pudo hipnotizarme por un tiempo, me relajó, por fin la luna lo consiguió. Estimados lectores me gustaría invitarlos a que con sus opiniones, consejos, creencias, ideas nos apoyarán en nuestras vidas cotidianas a poder relajarnos, una tarea que hoy en día parece más que nunca muy difícil de alcanzar.